Noli nothis permittere te terere.

(Dont let the bastards get you down)

Nil desperandum

(Never despair!)

martes

ficción

El camino mas viable para cambiar esta realidad es a través de la ficción. me dijo alguien en una plática azarosa . Lo mejor que podemos hacer es crear nuevas realidades y venderlas como ya existentes, mira lo que paso con los autos y los teléfonos y las computadoras, todos esos elementos están donde hace 30 años querían los visionarios que estuvieran. ¿Entonces por qué no puede ocurrir lo mismo con lo que vivimos y nos pasa día con día? Yo digo que podemos cambiar la realidad con el solo hecho de pensar en una mas chingona. -me dijo. 

domingo

Sobre Engels, las civilizaciones de América Latina, el progreso y la responsabilidad.





El proceder de la filosofía histórica, desde sus inicios ha determinado sus esfuerzos en responder cuestiones que, para la gran mayoría son considerados faltos de interés e incluso, una perdida de tiempo de una mente que, de otra manera pudiera ser productiva. Pero haciendo caso omiso de tales discrepancias, los filósofos van, como perseguidos por la calaca, y a su vez, picándole las costillas a La Verdad, buscando la obtener, aunque sea un algo solamente de su delicioso y embriagador néctar  que podemos nombrar  ahora como conocimiento epistemológico; tan adictivo como cualquiera de los vicios, pero con una satisfacción mas real.

Engels, como un reflejo  del proceso histórico de su época y dada la constitución filosófica de su persona nos ofrece en sus trabajos una nitidez estrepitosa  en sus estudios, pero no puede menos que evidenciar su falla –que no es propia de él, sino que mas de uno se ha visto presa de ello-, falla que comete el error de ubicar su existencia, su realidad como unidad de medida y, en función a ella, empezar a medir “todo lo demás”.

¿Qué es lo que estoy tratando de decir?
Cuando Engels nos habla  (1)de “la época mas floreciente del estadio superior de la barbarie” es imperativo dar una lectura de sentido dentro de lo que hasta entonces el Señor Engels entendió por cultura, progreso o desarrollo, que, a mi ver, maneja los términos dentro del mismo registro y por lo tanto limita su aplicación.
Es fácil reconocer que las ventajas que Engels encuentra en dicho florecimiento son no mas que mejoras técnicas, elementos de comodidad, accesorios para hacer la vida mas fácil y –simultáneamente- con  ésta facilidad, propiciar la llegada de mas individuos a la civilización. Más vida con menos dificultades en el sustento de la misma, sin considerar por supuesto, detalles que pueden ser vistos desde fuera como incidentales para el estudio que nos ocupa.

De sus apuntes
(1) de los cuales a continuación les ofrezco un apartado, (con la  recomendación de  la lectura del libro para mejor comprensión) desglosemos lo siguiente:

En los poemas homéricos, principalmente en la Ilíada, aparece ante nosotros la época más floreciente del estadio superior de la barbarie. La principal herencia que los griegos llevaron de la barbarie a la civilización la constituyen instrumentos de hierro perfeccionados, los fuelles de fragua, el molino de brazo, la rueda de alfarero, la preparación del aceite y del vino, el labrado de los metales…, la carreta y el carro de guerra, la construcción de barcos con tablones y vigas, losa comienzos de la arquitectura, las ciudades amuralladas con torres y almenas…

Por los elementos que utiliza Engels para describir el progreso de una civilización en ciernes, vemos artículos para 1.-el trabajo, 2.-el alimento, 3.- los placeres y 4.- la guerra y su protección de ella.
Por ello propongo que la visión que da Engels del florecimiento en una sociedad cualquiera omite –inocentemente- un elemento importante en la conformación de una sociedad; éste es, el de la visión que envuelve a un grupo de personas y les lleva a conformarse sociedad, son las creencias y las ideas respecto a temas aparentemente intrascendentes pero con una profundidad histórica a la cual Engels decidió no molestar, concentrando sus enteros intereses en los movimientos del capital y el manejo de las estructuras de poder con el capital.
La grandeza de las culturas encuentra los más particulares métodos para manifestar sus características estructurales y por supuesto sus diferencias con sus civilizaciones vecinas. Y  a pesar de que en la zona que ahora conforma a América Latina durante el periodo aproximado del 2500 a.c. al 1550 d.c.la diversidad cultural entre una y otra de las civilizaciones de lo que hoy es América latina se encuentran entre ellas elementos característicos que nos hablan de un crecimiento paralelo entre civilización, técnica e ideología. Y si bien es cierto que las diferencias son constitutivas en el plano existencial; nos acontece ahora el nombrar las similitudes para su entendimiento dentro del plano de homogeneidad estructural de dichos pueblos.

Con lo dicho, resalta gravemente que al hablar -Engels-de los Aztecas como civilización, no duda en ubicarlos en un estadio de la civilización denominado como el segundo nivel de la barbarie, el estadio medio, debido a ciertas habilidades técnicas que poseía el pueblo Azteca y otras de las cuales carecía, como por ejemplo, la construcción de armas de hierro y el cabalgar y declarar la guerra a caballo. Y todo esto aplicando las clasificaciones de Morgan de los cuales hace uso Engels.
Con esto, tenemos que considerar que, como la civilización japonesa, la creación de materiales dentro de los pueblos de América se encontraba en todo momento enajenada ante los intereses de la propia existencia. No se creaba algo porque fuera más cómodo, o más fácil o más rápido, pues dichas –digámosles- mejoras carecían entonces, para tales civilizaciones de connotación positiva alguna.

-No importa que sea mas cómodo pues el sentir de una persona nada tiene que ver con su obligación, y eran incluso aceptados los sufrimientos existenciales como un tributo a los dioses.
-No importa que sea difícil pues en las dificultades se aprende
-No importa que sea mas rápido pues no se tiene otra obligación que lo que se realiza, y se tiene que hacer bien.
Con lo dicho tales ventajas pueden no ser vistas como ventajas para la civilización que ocupa nuestros intereses. Pero entonces ¿Basándose en cuales, si no en esos términos, determinaron las civilizaciones de América los fines de su producción? – ¡En palabras de Engels para hacerme entender!-

Cuando logremos contestar esta pregunta lograremos avanzar un peldaño en la lectura de las nuestras civilizaciones, digo nuestras porque la humanidad es una.

En un modo de vida como en el de los Aztecas la visión de muerte, trabajo y persona –por mencionar- adquieren un significado que ninguna otra civilización pudo concebir como realidad.
Así, cuando en la explicativa novela de Demetrio Sodi M. (2) acontece la muerte del padre de uno de los personajes mayas, Keh, el hijo del fallecido al confirmar la noticia de su padre fallecido alcanza a decir en voz baja y respetuosa
“Muchos son los hombres que vienen a poblar la tierra, y los mismos se van. Nadie aquí permanece. Prestados son la tierra, el cuerpo, el tiempo. Padre, ahora tendrás que contar hacia atrás tus pasos por los caminos”
Para paso seguido culminar con un banquete y festejos para que el muerto pueda continuar con su trayectoria y comience a contar hacia atrás sus pasos por los caminos. Posiblemente las ideas respecto a la muerte de nuestros pueblos provienen de éstos tan antiguos preceptos. La muerte no es temida sino que es bienvenida una vez que llega.
“Sociedad es el espíritu común bajo el que se comparten los designios de los dioses y las manifestaciones de la naturaleza” (2)

Ya en otro día seguiré con el flujo de estos pensamientos…



1.- “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”, Engels Federico. Ediciones de cultura popular. 1976
2.- “Los Mayas”, Sodi M. Demetrio. Editorial Panorama.

martes

La transmutación de los espíritus. (A propósito de Tótem y tabú, la biblia y la reencarnación)

A lo largo de su historia, el hombre ha utilizado términos como espíritu y alma para definir lo que entiende como poderes sobrenaturales que tienen voz sobre los cuerpos humanos e incluso sobre los animales y otros cuerpos inanimados o estados de la naturaleza; tales como la lluvia o una erupción volcánica. El espíritu viaja por los cuerpos, determinando el curso de sus acciones y delimitando a detalle la personalidad del cuerpo que, digamos, posee.

Los poderes que dicho espíritu emana son considerados como independientes del cuerpo en el que se manifiesta y, al contrario, los poderes del cuerpo habitado están siempre a disposición del espíritu sobrenatural. Por lo tanto, un espíritu no puede ser entendido según las reglas con las que se rige la física, o la biología. Empero; las relaciones de energía que se movilizan a través de él, a pesar de carecer de elementos para su demostración mediante los establecidos modos de comprensión energética, son tan y más elevados que la fuerza más poderosa por el hombre hoy conocida.
Por su conformación histórica; México es un país rico en creencias y muchos de los sucesos del diario acontecer son explicados mediante el movimiento de fuerzas superiores al conocimiento y el entendimiento humano. Son sucesos entendidos ya sea como un efecto de los humores de los espíritus, por los movimientos planetarios, porque así debe de ser o porque dios así lo quiere; por mencionar algunas de las definiciones más usadas para explicar-se la presencia de sucesos de otra modo inentendibles para ellos.
La propuesta que a continuación les presento, debe seguirse bajo las reglas de la metáfora, úsese como alegoría si ello les facilita el trabajo, pero siguiendo en todo momento, lo que los americanos llaman –the big picture- ; el cuadro completo de la situación en estudio.
Haciendo a un lado –para nuestros fines- la idea general que se tiene de que habita un ser/espíritu en un cuerpo, la propuesta que les presento tiene por objetivo situar al espíritu del lado de las ideas.
Pudiera ser que éste espíritu que influye, a veces aqueja y otras pocas favorece, al sujeto que los padece sea la manifestación de una(s) idea(s) que en los muchos de los casos se presenta en la vida del sujeto y muchas veces sin serle posible el entendimiento fundamentado epistemológicamente. Pues debemos de recordar que es en el sujeto mismo donde es desarrollada la situación.

Partamos sin más preámbulo a la representación de la idea.

Hay cuerpos y hay ideas adquiriendo vida y desarrollándose. Cuando una idea se forma es lo suficientemente grande para habitar en el pensamiento de una persona y ahí vivir cómodamente, según sus necesidades. Pues cuando esta -idea- crece, una cabeza no es suficiente y pasa a habitar otros cuerpos, o, mejor dicho, otras personas ya que cuando el espacio insuficiente uno se tiene que mudar.
Podemos ver la existencia de una idea por sus efectos, y, a pesar de su inmaterialidad –no se ve, no se toca no se siente-, ella existe y constituye, o pasa a elaborarse como una causa posible, como un creador de cambio. Por ejemplo El comunismo, El catolicismo, y los muchos ismos habidos y por haber adscritos en este juego de poder.
Cada una de estas ideas crece en proporciones -intangibles, inmateriales- el huésped que la sostiene en el mundo material crece en dirección directamente proporcional al poder que adquiere como tal, por los caminos de sí misma. El huésped es ahora más extenso y diversificado; un libro aquí, un fanático allá, un estudioso mas allá cargando y sosteniendo a esa idea. Y así, los cuerpos en los que se apoyaba la idea se convierten en organismos constitutivos, para que el ser al cual constituyen, o en el cual se constituye una idea pase de ser la mente de un Ser Humano hasta la conciencia de un Ser Social, o dicho de otra forma; de una sociedad con sus códigos.
Habiendose inscrito –la idea- a niveles y proporciones tan magnificas y habitando un cuerpo que busca –desde que está vivo- determinados centros homeostáticos (determinados en función de las ventajas y comodidades individuales de los organismos en conjunto), le serán necesarios puntos de presión y puntos de defensa para proteger su existencia, su vida. La función primordial de estos organismos de defensa, su existencia, digamos, es la de salvaguardar al ser del que dependen y en el cual están constituidos (una fe, una posición política); proteger a este ser vivo en donde habita el espíritu, al espíritu de dios, por ejemplo, para el catolicismo.
En dichos organismos, la fuerza que la idea posee es muy elevada, en donde la idea es lo único por lo que se existe y por ella se vive.
Éste es el rol de un fanático dentro de la idea. Es quien se encarga de cargar con esta idea como una certeza, es quien sabe que su idea es más que una simple idea.
En éste cuerpo, la idea ha adquirido proporciones tan intensas, tan deslumbrantes y reveladoras.
Los organismos de ataque son también de conquista, pues, como la vida aspira a más vida, y un organismo/vida en expansión es un organismo sano.
De esta manera se viven las guerras de las ideas, en donde los fanáticos son los guerreros de ataque. Y aquellos que siendo presas de la idea, cualquiera que sea, dedican su Completa vida a determinada corriente, se congregan alrededor de ella y, en el más intenso de los casos; viven convenciendo/forzando a otros a que piensen lo que él –organismo/fanático- piensa, al apoyar la base de sus conocimientos en una certeza, la de que su idea explica la existencia suya y, ergo la de todo lo demás. (Como, en el caso del fanático, necesita estar tan seguro de aquello de lo que se siente inseguro, se asegura de convencer a todos, de conseguir adeptos, seguidores. Pues, de ser un error ésta idea, pone en juego la misma existencia, el valor de la existencia del Uno mismo, del yo en el sujeto).
Casos como el del sujeto que se entrega a la guerra con la idea de cuidar de su familia; su esposa y su hijo, que según –la idea en- él es lo único por lo que vale la pena vivir y, al ser muertos su esposa y su hijo en veloz y despiadado ataque enemigo, se encuentra, el atacado esposo ante una decisión. O cambiar de idea –y de concepción del mundo-, y seguir adelante –sin lo que se tenía-, o mantenerse firme y matar a ese cuerpo sin vida en donde la idea que antes habitaba ahora cobra factura. El hombre que fue a la guerra porque amaba a sus hijos termina su vida al perder ésta su razón o su propósito.
Y en este punto quizás sea conveniente hacer a un lado las consideraciones sobre cuáles son las ideas por las que vale la pena vivir y morir y cuáles no, pues dichas decisiones suelen ser incidentales.
Cuando una idea –cualquiera- no es muy fuerte, puede compartir habitación, o casa con otras ideas huéspedes; y, por ejemplo vivir una idea de quien guste por el ahorro del dinero, junto con ser un coleccionista compulsivo de un artículo particular, mientras una idea no choque con la otra, dentro de un mismo sujeto, será posible que puedan cohabitar.
Podremos también en otro momento cuestionarnos sobre cuáles son las razones que permiten la fusión entre una idea y determinados puntos del sujeto neurótico, en donde se ancla la idea para convertirse en una con el sujeto.


Al principio no existió más que la idea de un hombre por volar, cuando viendo el viaje de las aves no podía menos que emocionarse y llenarse de júbilo mientras soñaba con que, algún día, volaría. Y lo que tenemos que preguntarnos es ¿Es que él formó esta idea, o la idea se formó en él? ¿Es en este caso, el sujeto, un efecto de la idea, o ésta existe a partir del sujeto?
En el específico ejemplo de querer volar me atrevo a apostar en que más de un sujeto pensó en ello a lo largo de los tiempos. Fue un sueño, luego una idea, se convirtió en ficción, y pasó a proyecto; para terminar formando parte de nuestra realidad, tanto así que existen aviones.
Con esto podemos hablar del valor de las ideas y de su transmisión dentro del plano del conocimiento compartido.
Detrás de los escondrijos de la psicología, podemos igual encontrar el poder de una idea, consciente o inconscientemente transmitida y no podemos menos que maravillarnos ante el poder de la palabra, sea ésta dicha en el lenguaje que sea. Y con esto no regreso más que al inicio. Al inicio fue la palabra.

jueves

Otra Carta (de Jaime Sabines)

Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco.
Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste
-untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme-
apareces distante, intocable, junto a mí.
Me miras como a un niño y se me olvida todo
y ya sólo te quiero alegre, dolorosamente.
He pensado en la duración de Dios,
en la manteca y el azufre de la locura,
en todo lo que he podido mirar en mis breves días.
Tú eres como la leche del mundo.
Te conozco, estás siempre a mi lado más que yo mismo.
¿Qué puedo darte sino el cielo?
Recuerdo que los poetas han llamado a la luna con mil nombres
-medalla, ojos de Dios, globo de plata,
moneda de miel, mujer, gota de aire-
pero la luna está en el cielo y sólo es luna,
inagotable, milagrosa como tú.
Yo quiero llorar a veces furiosamente
porque no sé qué, por algo,
porque no es posible poseerte, poseer nada,
dejar de estar solo.
Con la alegría que da hacer un poema,
o con la ternura que en las manos de los abuelos tiembla,
te aproximas a mí y me construyes
en la balanza de tus ojos,
en la fórmula mágica de tus manos.
Un médico me ha dicho que tengo el corazón de gota
-alargado como una gota- y yo lo creo
porque me siento como una gruta
en que perpetuamente cae, se regenera y cae
perpetuamente.


Bendita entre todas las mujeres
tú, que no estorbas,
tú que estás a la mano como el bastón del ciego,
como el carro del paralítico.
Virgen aún para el que te posee,
desconocida siempre para el que te sabe,
¿qué puedo darte sino el infierno?
Desde el oleaje de tu pecho
En que naufraga lentamente mi rostro,
te miro a ti, hacia abajo, hasta la punta de tus pies
en que principia el mundo.
Piel de mujer te has puesto,
Suavidad de mujer y húmedos órganos
en que penetro dulcemente, estatua derretida,
manos derrumbadas con que te toca la fiebre que soy
y el caos que soy te preserva.
Mi muerte flota sobre ambos
y tú me extraes de ella como el agua de un pozo,
agua para la sed de Dios que soy entonces,
agua para el incendio de Dios que alimento.


Cuando la hora vacía sobreviene
sabes pasar tus dedos como un ungüento,
posarlos en los ojos emplumados,
reír con la yema de tus dedos.
¿Qué puedo darte yo sino la tierra?
Sembrado en el estiércol de los días
miro crecer mi amor, como los árboles
a que nadie ha trepado y cuya sombra
seca la hierba, y da fiebre al hombre.

Imperfecta, mortal, hija de hombres,
verdadera,
te ursupo, ya lo sé diariamente,
y tu piedad me usa a todas horas
y me quieres a mí, y yo soy entonces,
como un hijo nuestro largamente deseado.


Quisiera hablar de ti a todas horas
en un congreso de sordos,
enseñar tu retrato a todos los ciegos que encuentre.
Quiero darte a nadie
para que vuelvas a mí sin haberte ido.

En los parques, en que hay pájaros y un sol en hojas por el suelo,
donde se quiere dulcemente a las solteronas que miran a los niños,
te deseo, te sueño.
¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente!
(Te invito a comer uvas esta tarde
o a tomar café, si llueve,
y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche.)

justa moment...

Es posible que pase así como dices, puede que todo se suceda como piensas y vayamos a terminar como dices que terminará, pero de hoy a ese momento está todo un camino que te ofrezco, bueno; más bien una vereda.

No te quiero demostrar que soy este o aquel tipo de persona porque no lo soy, no me importa aparentar por el sencillo hecho que desprecio las apariencias; yo te ofrezco otra cosa, te ofrezco un momento, pero no un momento y ya, te ofrezco “el momento”, porque él será hecho del modo en que tú quieras. No hay cosa alguna que tengas que hacer aquí, además de ser sincera con hacer lo que quieras, además de atreverte a querer, además de ser tú, nada más.

Exigente me puedes llamar.

Por un lado; podemos seguir las formalidades sociales haciendo lo que se espera de nosotros y actuar haciendo simplemente lo correcto y perdernos toda la diversión, pero antes déjame decir que cada vez que te veo a los ojos siento esta fuerza biomagnética que no me deja pensar en otra cosa, ni otra cosa se quiere pensar en mí mientras te veo, mientras te escucho, mientras busco cualquier excusa para estar contigo y acercarme poco a poco a tu piel…

Lo más probable es que lo que sientes y pienso sean lo mismo, solo expresado de maneras distintas, tal vez por eso así nos sentimos cuando nos vemos, tal vez por eso no se qué pensar cuando te veo.

Ahora solo nos queda hacer lo único que estamos destinados a hacer, ya vendrá el tiempo y lugar en el que me podrás maldecir lo suficiente, no hoy, ¿para qué arruinar lo que hasta hoy ha sido perfecto?...

Pero… no te confundas, te digo esto porque estoy borracho e inspirado, tal vez mañana no me acuerde de nada. Así que me vas a tener que recordar todo esto que hemos pasado para poder así volver a vivirlo… 

martes

Un momento y nada mas.

Lo asaltaron una vez, y cuando sucedió él simplemente se encargo de cerrar los ojos (acción que no duro más que unas milésimas de segundo) y pensó, como en situaciones similares que había escuchado, que ésto le pasó ahora a él también. Pero lo más extraño es que en la fracción de segundo en que su mente viajó pasando por las historias de su vida; se vio saboreando un helado, besando, platicando, llorando, se vio sintiendo. En fin, ninguna cosa importante.
Claro que inmediatamente después –cuando abrió los ojos y descubrió que realmente tenía a dos ladrones frente a él- les dio lo que requerían; cartera, celular y cadena de oro. Ellos, los ladrones, fieramente le amenazan con que no se le ocurra en momento alguno voltear a su cara ver, y él nunca lo hizo. Sin el acto de haber volteado supo que eran dos tipos. El de la izquierda era el más alto y estaba siempre apuntándole con un picahielo. Por la derecha tenia a un tipo más bajo pero más acelerado quien continuamente le amenazaba con su cuchillo en rápidos y nerviosos movimientos apuntando a la espalda baja y al cuello; espalda y cuello era el danzar del cuchillo, rozando las partes de su piel, mostrándole la facilidad con que podía ser cortada, como mantequilla, su delicada piel, su preciada existencia, su cuerpo. Y adentro tripas, ¿y adentro?; nada.

Unos segundos antes de irse y continuar lo que estaba mandado a hacer en ese día, James decide quedarse quieto, respirar y simplemente no hacer nada. Escuchando solamente lo que por ahí pasaba. Segundos después (que en esos momentos contaban como horas), y en silencio, captó los pasos; pasos apresurados de quienes le asaltaron, pasos apresurados de quienes como nunca antes, habían tenido tanto control sobre su vida . Tan cerca estuvo.

Ya pasados los días le cuenta a una amiga sobre el asalto en el que víctima fue y ella asustada le dice -"Qué bueno que no te paso nada"- Y, con cara de desconcierto, James asentía lentamente aunque realmente no sentía entender el sentimiento que le mostraba su amiga. Ella creyó que seguía asustado por que le robaron sus cosas. Él sabía que sí le había pasado mucho pero tal vez ella vivía distinto que él. Igual pero diferente.

Se sentía James como atontado, y todo esto porque no alcanzaba a entender la tan radical diferencia de ideas frente a un mismo suceso, todas esas ideas que se sucedían paulatinamente y sin control en su cabeza, todas las ideas transformadas en… ¿en qué?
Por un lado estaba todo claro, se encontraba seguro de que su amiga tenía la certeza de que fue bueno que no le pasara nada. O, mejor dicho; que dentro de todo lo malo (el robo de cosas) todo lo demás está bien (o sea, él es todo lo demás). Y aun así, por paradójico que pueda ser visto esto - Paradójico para james, a mi todo claro me queda-, por divergente que pueda ser considerado; él nunca se había sentido más vivo en algún otro momento de su vida; más feliz, y, por alguna razón tan divino en su condición de humano, en su condicion de mortal –James y sus gustos patéticos-. ¿Cómo fue todo eso posible? No tengo la menor idea -decíase simplemente entre pensamientos cuando con deleite repasaba el momento.
Pero el recuerdo quedó guardado, y la sensación tal vez jamás se volverá a sentir. Un picahielo fino, con punta y filo inolvidable y pegado con coraje a la parte trasera de la costilla izquierda. “Un poco más, solo un poco más” -Se hubieran escuchado los pensamientos que le pasaban si los tuviera en altoparlante; mientras se deleitaba imaginándose al helado acero entrando, sin oponer resistencia alguna, primero por la carne, quebrando unas costillas. ¿Calor? ¿Frio? ¿Es esto dolor? ¿Estoy gozando? ¡Estoy vivo! Nadie nunca me ha enseñado sobre estos sentimientos, reclamaba James y seguía pensando. Y con esta emoción que se desbordaba de James podemos entender que no fue todo; pues todavía estaba el otro cuchillo, y con él  otros sentimientos. Y en macabra danza pasaba de apuntarle atrás en la espalda como a raspar partes del cuello. Rozando con su imperdonable frialdad, quemándole con la posibilidad.

Pero ese era simplemente su deseo. Los otros no tenían nada que ver.

Aquellos bastardos lo único que buscaban era dinero, claro que se los dio (ni que no apreciara su vida, o, dicho más claramente, ni que no apreciara su muerte), claro que tuvieron sus cosas materiales y se fueron, se fueron a ser felices un rato mas.
¡Aquellos bastardos!

Ellos, los ladrones, se fueron apurados con la idea de haberle robado algo a alguien para poseer cualquier cosa que deseen poseer sin ser los “legales” propietarios.
Él, desafortunadamente se quedó ofendido, como si algo hubiera sido mal interpretado en esa singular negociación. Y si se sintió transgredido no fue en momento alguno por la cartera o "esas cosas”. De modo distinto todo ocurrió, pues "las cosas" no aspiraban en él a ubicarse en mayor grado, eran simplemente cosas. Se sintió fuertemente avergonzado ante el hecho de que el momento de mas vida de su vida, el momento de más intensidad, adrenalina y amor, ese día en que convivieron como iguales la pasión y el odio, juntos ellos para hacer en El la honesta significación de lo que es el "Ser". Bella definición de persona instaurada en su persona. ¿Cómo pudo haber sido posible que estos dos patanes se hayan llevado de mí este delicioso momento y me hayan dejado simplemente con un recuerdo y un deseo insatisfecho? -se decía- ¿Seré capaz de vivir en este mundo donde hasta los ladrones (los primeros en perderse en valor personal son aquellos que se dirigen hacia un bien general) hayan perdido el toque? ¿Qué ha pasado con los ladrones aquellos que, al igual que las personas otras -ajenos a su profesión- ocupabanse de los aspectos de honor que a su profesion se les adscribían?  Podemos decir que afortunadamente a los ladrones de nuestra sociedad solo les interesa el dinero. Como a los otros. ¡Date cuenta James!
La chica a la que le comentó le dio algo así como un sentido pésame por los objetos que había perdido. Y agradeció a no sé quien "que no le paso nada", cuando, al mismo tiempo, el más grande deseo de James en este momento era que aquellos sucios humanos, imposibilitados ante las más grandes bellezas del mundo, se atrevieran a hacerle el pequeñísimo favor, la no loable misión imposible para él.
Se podría decir que en ese momento, era un verdadero enamorado de la vida y de sus emociones, tan así que nunca, en momento alguno puso resistencia, pues no era ese el papel que le correspondía en ese momento desempeñar. Aún así, creía todavía firmemente en la posibilidad de existencia de seres iguales a él, a pesar de las diferencias, y que, al mismo tiempo que aman la vida, le odiasen por ser como es. ¿Cómo? Pues como es, la vida así es. Matándolo y elevando el robo a un nivel más personal. Seres tales que no temieran tomar un cuchillo y sin miramiento alguno simplemente, se atrevieran a… se atrevieran a… a cerrar los ojos y en atemporal momento deslizasen los actos de su vida hacia una estancia más cierta, más humana, más real.

Dices: "qué bueno que no paso nada" amiga de James.

"Qué bueno" solamente se apresuró a pensar James frente a la serie de sucesos que se desenvolvieron en el…

domingo

Todo el mundo así lo hace

-Pero ¿por qué eres tan inconsciente con tu manera de tratar a plantas y animales, al planeta, a la vida?


-Ten en cuenta que nosotros los seres humanos de la nueva era vivimos ahora separados de la tierra, no necesitamos más de ella. Le contestó con un claro acento de seguridad, esa seguridad que puede ser solamente adquirida a través de la ignorancia.

Dolido y enojado, como perro apedreado frente a lo que había escuchado de parte del joven filisteo vase apresurado el intrigado aprendiz de filósofo a investigar el modo mejor y más rápido para demostrar la simpleza de sus convicciones, el vacío en su vida, la falta en “su” existencia.

Y viajaba él a través de los elementos de la historia; probando y sufriendo bajo todos los medios que le fueron posibles atravesar para enternder la vida y su relación con el todo. Entonces apoyado en teorías marxistas llego a desentrañar los tan insospechados lazos que se establecen y que por supuesto determinan el camino que es tomado en los modos de producción así como en la sociedad en su constitución. Se abrió camino entre las ideas religiosas más antiguas, aquellas que veían en la mujer a un ser divino y vio en ellas la bella conexión ser-naturaleza y no pudo menos que maravillarse en sí mientras danzaba con esos saberes, poniendo sobre balanza las definiciones otorgadas.

El gritaba, y se mecía, y tenía que decirlo, pero se callaba; pues las palabras no eran lo que en pensamientos había alcanzado, las palabras eran luego tan poca cosa.

Fue entonces cuando se decidió por visitar inocentemente a un jardinero, a un viejo marinero y a un músico todos amigos. Y fue ello  gracias al incontrolable deseo en él; deseo de datos precisos, datos que le ayudasen en la no fácil tarea autoimpuesta de explicar al filisteo la importancia del flujo y del buen vivir. Buscando el pronto entendimiento del sujeto en relación con la banalidad del pensamiento que desarrollaban los modos vividos en la mente del filisteo. -Aquel ignorante- decíase el enamorado idealista.

Fue al fin con todos es tos datos cuando se decidió a mostrar al empresario las pruebas de su erróneo postulado; hablándole de la belleza de los actos, recordándole el proceso humano de construcción del saber. Hizo hincapié en “La Ilíada” y “La odisea” como patrimonio humano, suyo también (pues ser filisteo no le quitaba lo humano, era un humano filisteo, pero humano al fin); creo que también hablo de Beethoven, hablo de los niños del futuro, y hablo de la paz. Así habló y habló. Y fue en medio de esa oda a la naturaleza cuando se vio interrumpido por el joven quien a modo de desesperación alzó la voz y dijo.

-Alto. ¿No crees que estas poniendo demasiada atención en una estúpida opinión? ¿Por que te ocupas de eso?- Dijo ofensivamente, o al menos así lo tomo el investigador.
-¡No te ocupes en tonterías!- Le dijo agresivamente.
-Espera un poco “maestro”, esas cosas que me dices las puedo yo también saber. No necesitas decirme. De hecho, ni me importan.

-¿Entonces porque creas destrucción y muerte justificándote en esas, según tus palabras, estupideces?! -Le dice el aprendiz enfurecido.
-Porque todo el mundo así lo hace.- Le dijo el joven canalla mientras se giraba y buscaba la manera de sobrevivir.