Noli nothis permittere te terere.

(Dont let the bastards get you down)

Nil desperandum

(Never despair!)

domingo

Sobre Engels, las civilizaciones de América Latina, el progreso y la responsabilidad.





El proceder de la filosofía histórica, desde sus inicios ha determinado sus esfuerzos en responder cuestiones que, para la gran mayoría son considerados faltos de interés e incluso, una perdida de tiempo de una mente que, de otra manera pudiera ser productiva. Pero haciendo caso omiso de tales discrepancias, los filósofos van, como perseguidos por la calaca, y a su vez, picándole las costillas a La Verdad, buscando la obtener, aunque sea un algo solamente de su delicioso y embriagador néctar  que podemos nombrar  ahora como conocimiento epistemológico; tan adictivo como cualquiera de los vicios, pero con una satisfacción mas real.

Engels, como un reflejo  del proceso histórico de su época y dada la constitución filosófica de su persona nos ofrece en sus trabajos una nitidez estrepitosa  en sus estudios, pero no puede menos que evidenciar su falla –que no es propia de él, sino que mas de uno se ha visto presa de ello-, falla que comete el error de ubicar su existencia, su realidad como unidad de medida y, en función a ella, empezar a medir “todo lo demás”.

¿Qué es lo que estoy tratando de decir?
Cuando Engels nos habla  (1)de “la época mas floreciente del estadio superior de la barbarie” es imperativo dar una lectura de sentido dentro de lo que hasta entonces el Señor Engels entendió por cultura, progreso o desarrollo, que, a mi ver, maneja los términos dentro del mismo registro y por lo tanto limita su aplicación.
Es fácil reconocer que las ventajas que Engels encuentra en dicho florecimiento son no mas que mejoras técnicas, elementos de comodidad, accesorios para hacer la vida mas fácil y –simultáneamente- con  ésta facilidad, propiciar la llegada de mas individuos a la civilización. Más vida con menos dificultades en el sustento de la misma, sin considerar por supuesto, detalles que pueden ser vistos desde fuera como incidentales para el estudio que nos ocupa.

De sus apuntes
(1) de los cuales a continuación les ofrezco un apartado, (con la  recomendación de  la lectura del libro para mejor comprensión) desglosemos lo siguiente:

En los poemas homéricos, principalmente en la Ilíada, aparece ante nosotros la época más floreciente del estadio superior de la barbarie. La principal herencia que los griegos llevaron de la barbarie a la civilización la constituyen instrumentos de hierro perfeccionados, los fuelles de fragua, el molino de brazo, la rueda de alfarero, la preparación del aceite y del vino, el labrado de los metales…, la carreta y el carro de guerra, la construcción de barcos con tablones y vigas, losa comienzos de la arquitectura, las ciudades amuralladas con torres y almenas…

Por los elementos que utiliza Engels para describir el progreso de una civilización en ciernes, vemos artículos para 1.-el trabajo, 2.-el alimento, 3.- los placeres y 4.- la guerra y su protección de ella.
Por ello propongo que la visión que da Engels del florecimiento en una sociedad cualquiera omite –inocentemente- un elemento importante en la conformación de una sociedad; éste es, el de la visión que envuelve a un grupo de personas y les lleva a conformarse sociedad, son las creencias y las ideas respecto a temas aparentemente intrascendentes pero con una profundidad histórica a la cual Engels decidió no molestar, concentrando sus enteros intereses en los movimientos del capital y el manejo de las estructuras de poder con el capital.
La grandeza de las culturas encuentra los más particulares métodos para manifestar sus características estructurales y por supuesto sus diferencias con sus civilizaciones vecinas. Y  a pesar de que en la zona que ahora conforma a América Latina durante el periodo aproximado del 2500 a.c. al 1550 d.c.la diversidad cultural entre una y otra de las civilizaciones de lo que hoy es América latina se encuentran entre ellas elementos característicos que nos hablan de un crecimiento paralelo entre civilización, técnica e ideología. Y si bien es cierto que las diferencias son constitutivas en el plano existencial; nos acontece ahora el nombrar las similitudes para su entendimiento dentro del plano de homogeneidad estructural de dichos pueblos.

Con lo dicho, resalta gravemente que al hablar -Engels-de los Aztecas como civilización, no duda en ubicarlos en un estadio de la civilización denominado como el segundo nivel de la barbarie, el estadio medio, debido a ciertas habilidades técnicas que poseía el pueblo Azteca y otras de las cuales carecía, como por ejemplo, la construcción de armas de hierro y el cabalgar y declarar la guerra a caballo. Y todo esto aplicando las clasificaciones de Morgan de los cuales hace uso Engels.
Con esto, tenemos que considerar que, como la civilización japonesa, la creación de materiales dentro de los pueblos de América se encontraba en todo momento enajenada ante los intereses de la propia existencia. No se creaba algo porque fuera más cómodo, o más fácil o más rápido, pues dichas –digámosles- mejoras carecían entonces, para tales civilizaciones de connotación positiva alguna.

-No importa que sea mas cómodo pues el sentir de una persona nada tiene que ver con su obligación, y eran incluso aceptados los sufrimientos existenciales como un tributo a los dioses.
-No importa que sea difícil pues en las dificultades se aprende
-No importa que sea mas rápido pues no se tiene otra obligación que lo que se realiza, y se tiene que hacer bien.
Con lo dicho tales ventajas pueden no ser vistas como ventajas para la civilización que ocupa nuestros intereses. Pero entonces ¿Basándose en cuales, si no en esos términos, determinaron las civilizaciones de América los fines de su producción? – ¡En palabras de Engels para hacerme entender!-

Cuando logremos contestar esta pregunta lograremos avanzar un peldaño en la lectura de las nuestras civilizaciones, digo nuestras porque la humanidad es una.

En un modo de vida como en el de los Aztecas la visión de muerte, trabajo y persona –por mencionar- adquieren un significado que ninguna otra civilización pudo concebir como realidad.
Así, cuando en la explicativa novela de Demetrio Sodi M. (2) acontece la muerte del padre de uno de los personajes mayas, Keh, el hijo del fallecido al confirmar la noticia de su padre fallecido alcanza a decir en voz baja y respetuosa
“Muchos son los hombres que vienen a poblar la tierra, y los mismos se van. Nadie aquí permanece. Prestados son la tierra, el cuerpo, el tiempo. Padre, ahora tendrás que contar hacia atrás tus pasos por los caminos”
Para paso seguido culminar con un banquete y festejos para que el muerto pueda continuar con su trayectoria y comience a contar hacia atrás sus pasos por los caminos. Posiblemente las ideas respecto a la muerte de nuestros pueblos provienen de éstos tan antiguos preceptos. La muerte no es temida sino que es bienvenida una vez que llega.
“Sociedad es el espíritu común bajo el que se comparten los designios de los dioses y las manifestaciones de la naturaleza” (2)

Ya en otro día seguiré con el flujo de estos pensamientos…



1.- “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”, Engels Federico. Ediciones de cultura popular. 1976
2.- “Los Mayas”, Sodi M. Demetrio. Editorial Panorama.

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